JOSÉ JAVIER RODRÍGUEZ CERDÁ. PSICOLOGOS ELCHE. MASTER EN PSICOLOGÍA CLÍNICA.ESPECIALISTA EN TRASTORNOS DE ANSIEDAD.
MENÚ  
  PRESENTACIÓN
  TERAPIA
  TERAPIA DE ACEPTACIÓN Y COMPROMISO
  TERAPIA BASADA EN MINDFULNESS
  ANSIEDAD
  DEPRESIÓN
  OTROS PROBLEMAS
  ARTICULO PÁNICO Y AGORAFOBIA
  CONTACTO
ARTICULO PÁNICO Y AGORAFOBIA

PÁNICO Y AGORAFÓBIA

(J. RODRÍGUEZ)

 

Entender el problema es el primer paso para su solución, y la falta de comprensión agudiza un problema. Por este motivo te escribo este texto, con la esperanza de que obtengas un conocimiento claro y preciso de lo que realmente esta sucediendo.

Quizá cuando apareció el problema fuiste al medico de cabecera y la explicación que te dio fue “lo que tienes son nervios”, después irías a un psiquiatra que te receto fármacos con el mensaje implícito de que estas enfermo de los nervios. Todo esto en cierta forma es cierto, pero a mi entender  es absolutamente pobre y la comprensión del problema sigue tan oscura como su solución.

Lo primero que debes saber es que estas sufriendo un problema de ansiedad. Pero ¿qué es la ansiedad?

Brevemente, la ansiedad es la respuesta del organismo cuando se encuentra con algo que interpreta como peligroso.

Supón que una noche oscura, mientras te diriges a casa por una calle solitaria, de un barrio algo peligroso, escuchas unos pasos detrás de ti. En esos momentos sientes como el corazón palpita con más fuerza y velocidad, a la vez que tu respiración se acelera y tus músculos se tensan.

Pero ¿por qué? O mejor dicho ¿para qué?

El por qué es por interpretar la situación descrita como peligrosa ¿¡y si me asaltan!?

Pero el para qué es la clave para entender lo que es la ansiedad.

El corazón aumenta su pulso para bombear mas sangre a los músculos. Los pulmones respiran más rápido para oxigenar más la sangre.

Así de esta forma nos encontramos con nuestros músculos inyectados de sangre oxigenada, pero ¿para qué? Para enfrentarnos a una situación con mayor eficacia. El cuerpo esta preparado para correr, saltar, esquivar, luchar o defenderme con mayor eficacia. Si lo que toca es huir, correré con gran velocidad, si lo que toca es defenderse también seré más eficaz.

Esto es la ansiedad, es una respuesta del organismo de preparación para hacer frente a una situación que  hemos interpretamos como peligrosa.

Sin embargo, en nuestro ejemplo, las personas que “perseguían” a nuestro protagonista era una pareja de novios que tenían algo de prisa. Al adelantarnos y reinterpretar la situación como no peligrosa, nuestra ansiedad empieza rápidamente a disminuir, y tras unos minutos, nuestras pulsaciones y ritmo respiratorio se han normalizado. Nuestro organismo como un todo ha comprendido que era una falsa alarma.

La ansiedad nos protege, nos prepara y sin ella estaríamos muertos seguramente.

¿Cómo sería la vida de una persona que no tuviese ansiedad? Ante un peligro inminente no reaccionaría, no esquivaría el coche que esta a punto de atropellarle, no se preocuparía por prepararse un examen, no retrocedería ante algo peligroso.

 

Si la ansiedad es muy baja, nuestra eficacia es también baja, y con niveles medios de ansiedad nuestra eficacia es alta. Sin embargo cuando la ansiedad es muy alta aparece un proceso de descontrol en el cual nos tornamos muy ineficaces, nos cuesta concentrarnos, tenemos olvidos, no somos capaces de crear estrategas inteligentes, aparecen pensamientos catastróficos que no se basan en la realidad. Aquí es cuando los niveles de ansiedad los podemos calificar de ineficaces e improductivos.

La ansiedad tiene tres componentes o vertientes, que de forma simplificada podemos decir que son:

-         Lo que noto en mi cuerpo.

-         Lo que pensamos

-         Lo que hacemos

Lo que noto en mi cuerpo, es la parte fisiológica de la ansiedad, son sensaciones corporales de una gran intensidad, palpitaciones, respiración agitada, ahogos, sudoración, sofocos, piernas débiles, temblores, molestias en el estómago, etc.

         Te recuerdo que este comportamiento del cuerpo forma parte de una preparación del organismo ante una situación interpretada como peligrosa.

 

Lo que pienso o lo que interpreto que esta sucediendo.

         Cuando una persona esta teniendo un ataque de pánico, es por que esta interpretando la situación de forma catastrófica, y por ello se activa la respuesta de ansiedad.

          Ejemplos de pensamientos catastróficos:

- “esto que noto en mi cuerpo es un ataque al corazón” –

- “este dolor de cabeza indica un tumor cerebral”

- “me estoy muriendo”

- “me voy a desmayar seguro y la gente pensará que estoy loca”

- “no puedo soportar estas sensaciones, voy a estallar”

Los pensamientos de este tipo tienen una serie de características, son catastróficos, son creíbles (son tomados como realidad y no como lo que son, pensamientos o creencias) y son automáticos.

 

Lo que hago:

¿Qué haría una persona cuando esta en una situación en la que considera que seguro va a morir, o desmayarse, o volverse loca, o montar un espectáculo o alguna catástrofe por el estilo? De forma coherente trataría de escapar de la situación y pedirá ayuda.

También evitaría entrar en situaciones que cree que le provocarían el trastorno. También procuraría protegerse de posibles consecuencias llevando tranquilizantes en el bolso, yendo acompañado, salir con el teléfono móvil, intentar relajarse etc. Ha estas estrategias los psicólogos las llamamos conductas de búsqueda de seguridad.

Ahora tenemos las piezas de un puzzle que habrá que armar de forma conveniente para entender el problema del pánico de forma global.

Tenemos:

·        Situaciones.

·        Las interpretaciones de las situaciones.

·        Lo que notamos en nuestro cuerpo.

·        Lo que hacemos, o comportamiento.

 

¿Cómo se relacionan estas piezas?

 

Por situaciones entendemos un lugar, una emoción, un ambiente social (discusión) o también lo que noto en mi cuerpo. Ejemplos.

         Lugares: Un supermercado, parking subterráneo, estar en una plaza, cine, etc.

         Situaciones: Una discusión, hacer cola

         Emociones: enfadarse, ponerse nervioso, euforia, etc.

         Estados fisiológicos: estar cansado, tener resaca, haber dormido poco, la tensión premenstrual tener calor, etc.

 

         Todas estas situaciones tienen en común que pueden provocar cierto ajetreo en tu cuerpo. Discutir me puede alterar y empezar a sentir que mi respiración se acelera. Hacer cola me obliga a estar quieto y no doy salida a esas ganas que tengo de moverme. Dormir poco, me puede provocar dolor de cabeza y sensación de irrealidad. Sentir emociones intensas, aun siendo positivas, también, ajetrean mi cuerpo.

         Ahora tenemos nuestro cuerpo en una situación determinada, está activado.

         La siguiente pieza del puzzle y la más importante es como interpretamos lo que sentimos, qué tipos de atribuciones realizamos.

         “Estas palpitaciones son la antesala de un ataque cardíaco”

         “Este dolor de cabeza no es normal, ¿será un tumor?”

         “Los temblores pueden ser síntomas de un Parkinson temprano”

         “Me estoy volviendo loco”

        

         Estamos en un punto caliente para entender lo que es un ataque de pánico. ¿Recuerdas que ocurriría cuando interpretamos una situación como peligrosa? Que se preparaba el cuerpo para hacerle frente (ansiedad), y que esa preparación suponía aumentar el ritmo cardiaco, la tensión muscular, el ritmo respiratorio, la sudoración, etc.

         Y esto es lo que realmente sucede, si creemos que estamos en peligro, nuestras sensaciones corporales aumentan en intensidad, esto nos “confirma” que lo que temíamos se esta produciendo, y a su vez aumentará la respuesta física de ansiedad.

         Es una pescadilla que se muerde la cola, es un bucle que se alimenta a si mismo.

 

 

 


SITUACIÓN

 

INTERPRETACIÓN

 

ANSIEDAD

        

 

 

 

Pero falta aún un par de piezas

         ¿Qué hago cuando estoy en esa tesitura? Escapo, busco ayuda, voy a urgencias, me refugio en casa, tomo un tranquilizante, etc.

         ¿Qué efectos provoca esto? Alivio por haber escapado de un “ataque cardiaco”, de “morir”, o por qué no de “hacer el ridículo” “desmayándome” en unos grandes almacenes.

         Los pensamientos serán del ahora del tipo “uf, casi me escapo”, “si hubiese permanecido en esta situación se habría producido una catástrofe”, “menos mal que fui al hospital”, “llamar a Pepe me tranquiliza”.

         El pensamiento base seria “gracias a mi comportamiento, me he librado de algo muy negativo”.

         Este es el punto caliente para entender el pánico. ¿Qué efectos psicológicos provocan las estrategias de escape, evitación o de búsqueda de seguridad?

Primero. La hipótesis o creencia de que iba a morir, desmayarme o algo catastróficamente similar no se pone a prueba (ya sea por que he escapado de la situación o porque he evitado), por tanto la creencia/temor se mantendrá día a día, no se modificará.

Te estaría ocurriendo como en el chiste de la persona que va al psicólogo y entra dando palmas. El psicólogo le pregunta en que puede ayudarle. “Me noto algo tenso y nervioso últimamente”, responde el señor. “Por cierto, dice el psicólogo ¿por qué esta todo el rato dando palmas?”. “Para espantar a los leones”, responde. “Pero si en Alicante no hay leones”, comenta el psicólogo. “Por eso, por eso, por que doy palmas”. 

Segundo. Cuanto mas uso las estrategias de escape o evitación, con su consiguiente alivio, más las usaré, potenciando así el punto anterior.

No solo no compruebo que las consecuencias que temo no ocurren, sino que al igual que el chiste, pasaré todo el tiempo tenso por mis conductas de seguridad (dar palmas).

Tercero. No compruebo lo que realmente sucedería. O sea, que la ansiedad bajaría por si misma. Pero esto merece una explicación más adelante.

Ahora ensamblamos todas las piezas, mira como encajan, y como una lleva a la otra. Se crea un bucle ansioso.

 

SITUACIÓN         INTERPRETACIÓN          ANSIEDAD

                               CATASTROFICA                                

                                                                                       

     

                                                                         ESTRATÉGIAS

                                                                         EVITATIVAS,

                                                                         ESCAPES Y

                                                                         CONDUCTAS

                                                                         DE SEGURIDAD.

 
 
 

 


                                                                         CONSECUENCIAS

                                                                         A corto plazo: alivio

                                                                         A medio y largo plazo

                                                                         Continúa el problema                                                                                                                                        Ya que la hipótesis catastrófica                                                                                                           

                                                                                                       no se pone a prueba, se man-                                                                                            

                                                                                                       tiene. Se seguirá premiando la                                    

                                                                         conducta evitativa. No compro-

                                                                                                       baré que bajaría la ansiedad.  

        

Para entender lo que es un bucle imagina lo siguiente.

Supón que mientras duerme un gato le atamos  con un hilo varias latas a su cola. Una vez esto damos una palmada para asustarle ¿qué ocurrirá?  Primero se llevará un gran susto que hará que corra, al moverse verá algo extraño y que produce mucho ruido muy cerca de él. Intentará escaparse de las latas corriendo, pero cuanto mas corra, más ruido hará, y por tanto el gato correrá más y, por supuesto, la latas también.

 

         Este bucle se puede definir como “Cuanto más huyo, mas amenazado me sentiré y por tanto más huiré”, y esto en esencia es un ataque de pánico.

        

 

         CÓMO SE APRENDE A TENER UN TRASTORNO DE PÁNICO

 

         Necesitamos una serie de ingredientes como, un contexto físico, un contexto de creencias y un disparador.

 

         1. Por contexto físico me refiero a estar inmerso en una situación que por ser estresante, propicia que mis niveles de ansiedad estén más elevados de lo habitual.

         Por ejemplo, estar en exámenes finales, esto provoca que la persona esté más nerviosa o ansiosa. O estar en un proceso de divorcio, con sus discusiones y emociones intensas. También podría ser por estrés laboral, estar en juicios, tener que cuidar a gemelos, etc. La cuestión es que estamos más ansiosos, ya que permanecemos en un estado constante de lucha o huida.

         Este es el primer ingrediente, estar mas ansiosos, pero esto por si mismo no es suficiente. No todos los que están estresados tienen un trastorno de pánico.

         2. Las creencias. Tener una serie de creencias sobre la salud que propicien creencias secundarias del tipo “el ser humano es tremendamente frágil”, “La muerte nos acecha en cualquier momento”.

         Este miedo a la falta de salud, no surge por que sí, normalmente en el pasado la persona que tendrá pánico ha tenido la experiencia de gente “sana” que ha muerto repentinamente, un familiar que sufrió un ataque al corazón, un familiar cercano con enfermedad mental, una educación en la que los padres se preocupaban mucho por la salud, enfermedades previas, etc.

         Esto hará que una persona en un contexto de estrés focalice su atención a todo lo que pasa por su cuerpo. Vemos como las experiencias del pasado provocan una vulnerabilidad psicológica e interpreta lo que nota en el cuerpo de forma catastrófica.

         Pero aún falta un elemento crítico, el disparador.

         Pedro, envuelto en una etapa estresante desde que le ascendieron en el trabajo y con la experiencia de que su padre murió de de un problema cardiaco, esta conduciendo hacia su casa para cenar con unos amigos, lleva semanas tenso y algo preocupado por su salud, tiene prisa en llegar a casa para preparar los aperitivos. Al girar se encuentra con un atasco, hace calor, tiene prisa, el atasco es tremendo. De repente siente que su corazón late muy deprisa y piensa “me pasará algo en el corazón” y el corazón late más rápido. Ahora nota como le cuesta respirar. Desde fuera del coche los pitidos y el calor le dan vueltas en las cabeza, una siniestra conclusión aparece en su cabeza,”Estoy sufriendo un ataque cardiaco”, entonces el caos sobreviene.

         Esto es el disparador, el sufrir un gran susto.

         Ahora la persona ha aprendido a tener un gran miedo a todo aquello que siente en el cuerpo y le parezca sospechoso.

         A partir de ahora estará hipervigilante, con sensación de amenaza constante. Cada vez que note algo parecido a lo que noto aquel día, el pánico se disparará.

         El proceso se ha puesto en marcha pero necesita una consolidación, y esta se llevará a cabo a través del proceso de generalización y del de sensibilización.

         Por generalización me refiero a como poco a poco se pasa de sentir miedo a tener un ataque de pánico en la primera situación (en el ejemplo, conduciendo) a otra serie de situaciones, es como un contagio generalizado.

         Primero tuve ansiedad a que sucediera en el coche, pero después también en el supermercado, luego en los parking subterráneos, más tarde en los cines, parques, etc. Pudiendo llegar al simple hecho de salir a la calle.

         A partir de ahora lo más habitual es el intento continuo pero vano de escapar de las sensaciones del pánico. Intento que queda claramente reflejado en este fantástico cuento clásico.

 

 

Cuando la Muerte llegó a Bagdad

  El discípulo de un Sufí de Bagdad estaba un día sentado en un rincón de una posada, cuando oyó hablar a dos personajes. Por lo que decían, se dio cuenta de que uno de ellos era el Ángel de la Muerte.

   "Tengo varias visitas que hacer en esta ciudad durante las próximas tres semanas", le decía al Ángel a su compañero.

   Aterrorizado, el discípulo se escondió hasta que ambos hubieron partido. Entonces, usando su inteligencia para resolver el problema de cómo frustrar una posible visita de la muerte, decidió que si se mantenía alejado de Bagdad, no sería alcanzado. Sólo hubo un corto paso entre este razonamiento y alquilar el caballo más veloz disponible y espolearlo día y noche en dirección a la lejana ciudad de Samarcanda.

   Mientras tanto la Muerte se encontró con el maestro Sufí y hablaron sobre diversas personas. "¿Y dónde está tu discípulo tal y tal?" preguntó la Muerte.

   "Debe de estar en algún lugar de esta ciudad, empleando su tiempo en contemplación, quizá en un posada", dijo el maestro.

    "Qué extraño", dijo el Ángel, "pues se halla en mi lista. Sí, aquí está: Tengo que recogerlo dentro de cuatro semanas, nada menos que en Samarcanda."

Bien, ahora tenemos un trastorno de pánico en toda regla, nos sentimos ansiosos continuamente, realizamos interpretaciones de las consecuencia de nuestra ansiedad de forma catastrófica y continuamente intentamos escapar y evitar nuestra ansiedad.

JOSÉ JAVIER RODRÍGUEZ CERDÁ  
  PSICÓLOGO COLEGIADO CV 7056  
PREVIA CITA  
  686 942 925  
CORREO  
  PSICOLOGOSELCHE@HOTMAIL.COM  
DIRECCIÓN  
  C/ FILET DE FORA 64. 4º DCHA.
03203-ELCHE
 
 
   
Hoy habia 2 visitantes (3 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis